miércoles, agosto 17, 2005

Depués de varios y poco fructíferos intentos por editar la historia del estadio (letra enana, etc.), trataré de deleitar a mis escasos, pero amigables lectores, con una extraña, pero inolvidable experiencia, que viví hace algunos años, con ciertos pequeños seres... Aferrado a mi guatero escribo un sin fin de tonterías que, sin embargo, resumen el ocio innegable de un frustrado aventurero. Mi pijama está irremediablemente confundida con mi cuerpo y el aliento del ambiente de madera se ve continuamente alienado por las garras roedoras de entretecho. Ojalá sea el gato. El gato ay sí diría un folclorista picarón, mientras yo recuerdo el porqué de una historia añeja. Un día inexacto, de un mes cualquiera, de un año extraviado, sentí un leve apretón en mi oreja izquierda. Al rato escuché impávido, los veloces pasos que bajaban desesperados mi escalera. En aquella época compartía habitación con una tía hipocondríaca, por lo que no me alerté demasiado y seguí durmiendo. No obstante, mi ya perturbado sueño daría paso a una velada exótica. La tranquilidad de antaño se veía alterada por las luces, las voces y los golpes que acudían exabruptos a mi pieza. De pronto un silencio obituario terminó por despertar mi ya exacerbada conciencia. Así entre murmullos muertos, sábanas y sueños, voló sobre mi cabeza una espantosa figura. Ya no estaba solo, mi tía, la escoba y la sangre de un ratón muerto a los pies de mi cama adornaban una escena de escabrosa contemplación y que sigue hasta el día de hoy latente como uno de mis peores recuerdos.

2 comentarios:

Maga dijo...

Gracias por tu visita a mi Blog (F) De los grupos chilenos que nombras y que faltan en mi listita no tengo mucho conocimiento :$... Me ilustro al respecto y te aviso si me agradaron :P

Juan Olivares dijo...

HOLA po weeta.
Tengo BLOG!!!
juaninthenet.blogspot.com
SALUD(os)!!